martes, 25 de marzo de 2014

Educación: del TIC al TAC

Mientras naufragamos entre la corrupción, la extorsión, los paros, el narcotráfico, la violencia, tratemos de sobreaguar recurriendo a la educación, “camino que conduce a una sociedad más igualitaria”, según un editorial de este diario. Y la ministra María Fernanda Campo, entrevistada por Yamid Amat, dijo cosas que es bueno recordar. Para ella, la educación debe ser el tema más importante de la agenda pública. Es un servicio público con función social, como lo declara la Constitución. Afirmó que uno de los propósitos del Gobierno ha sido superar el centralismo en la educación superior. Cerrar la brecha entre lo regional y lo urbano, fortalecer lo regional para conseguir que el estudiante se vincule al desarrollo local. Mejorando los recursos, ha querido dar prioridad a zonas rezagadas. Han llevado educación a 100 nuevos municipios, 69 por ciento de los cuales tiene educación superior. Según la Ministra, la meta del Gobierno es que ningún bachiller vea truncado su sueño de ir a la universidad.

Sobre su propuesta para reformar la educación superior, rechazada por los rectores al tiempo que los estudiantes entraban en paro, dice que gracias a esta propuesta se abrió un debate que puso a la educación superior en la agenda pública, originó un diálogo serio e incluyente y mostró que ante los grandes desafíos en educación, más ambicioso que una reforma de ley es construir una política pública y un plan estratégico a 20 años. También, que para ampliar la cobertura ha recorrido el país formando comités y pactando con alcaldes y gobernadores compromisos de recursos para superar la brecha del centralismo en la educación superior. Pese a los problemas en cuanto a calidad, destacó la importancia para el país de que las universidades Nacional y de los Andes hayan merecido reconocimiento mundial. Y la de que 15 por ciento de los centros educativos nacionales figuren en un escalafón internacional entre los 300 mejores. Aseguró que para las universidades públicas habrá mejores aportes económicos: 260.000 millones de pesos adicionales, 180.000 gestionados por regalías y 1,5 billones para los próximos 3 años. Algo es algo, dirán los rectores.
Mientras el Consejo Nacional de Educación Superior estudia 440 propuestas de expertos nacionales e internacionales sobre cómo reformar la educación superior, veamos qué dice sobre educación del siglo XXI el profesor catalán Daniel Cassany, que ha investigado los cambios culturales y educativos producidos por Internet y los cambios que NO se dan en las aulas. Invitado a dar una conferencia en la pasada feria del libro y entrevistado por Catalina Holguín, para Arcadia, declaró: “La escuela en este momento tiene edificios del siglo XIX, docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI”, frase con la que significa que la escuela es conservadora. Opina que quienes tienen más poder para cambiar son los docentes. El problema es que no está muy claro qué significa la educación de la ciudadanía en un contexto democrático. Considera que los docentes se aferran a la tradición, a los valores aprendidos en la escuela, y por eso los cambios son muy lentos. Según investigaciones, se necesitan 4 o 5 años para que cambien las prácticas en las aulas. Cassany argumenta que antes se hablaba de TIC: tecnología de la información. Ahora se habla de TAC: tecnología del aprendizaje y del conocimiento. Cree que la evolución de Internet es tal vez lo más importante de los últimos 10 años. Afirma que puede que estemos viendo en forma más evidente la inutilidad de una enseñanza mecánica enfocada en materias gramaticales y léxicas.
En este mundo digital y de la informática, hay que leer al profesor Cassany. Su libro En línea: leer y escribir en la red, sobre cómo actualizar la educación en el aula, no debe faltar en la biblioteca de Fecode.

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