A diez años de Web 2.0 y una era de
profundas transformaciones en la sociedad.
Se cumplen diez años desde que Tim O´Reilly popularizara
el concepto de Web 2.0. Ese mismo año, en febrero, un grupo de jóvenes
encabezado por Marck Zuckerberg (¡de tan solo 20 años en ese momento!) creaba
Facebook, la red social que simboliza, justamente, una de las características
más importantes de la Web 2.0: la de usuarios activos de todas las
nacionalidades que crean, de manera permanente, toda suerte de contenidos en
los más variados ámbitos de la vida social y económica.
El panorama de las comunicaciones
entre individuos, comunidades y organizaciones de diferente orden (incluyendo
empresas e instituciones gubernamentales) ha cambiado radicalmente en la última
década y con él la forma en que hoy se transan bienes y servicios, se prestan
servicios como la medicina y la justicia, se accede al conocimiento y se
relacionan los gobiernos con sus ciudadanos.
...En un mundo más pequeño y más cercano...
En 2005 se publicaba "La tierra es plana" de
Thomas Friedman, cuyo argumento central gira alrededor de la idea de un mundo
cada vez más pequeño y cercano a todos los habitantes del planeta, que pueden
comunicarse entre sí, ofrecer sus servicios, aprender y enseñar, sin las
intermediaciones tradicionales.
Para Friedman el proceso se venía incubando desde la
caída del muro de Berlín que, sin duda, hizo muy cercana la relación con una
significativa parte de Europa (Oriental) que, bajo las condiciones de la Guerra
Fría, no se encontraba al alcance de lo que se denominaba Occidente. Sin
la caída del Muro hubiera sido imposible que una rusa o un serbio de hubieran
coronado campeones de tenis en el siglo XXI, o que un lituano fuera el creador de
Skype. Ubicuidad (comunicarse dónde, cómo y cuándo se quiera) en un mundo cada
vez más pequeño es la realidad que Friedman desnuda, llena de oportunidades
para quienes comprenden las nuevas plataformas de relacionamiento, trátese de
individuos u organizaciones.
"Lo
que hoy interesa al mercado no es tanto en dónde se ha estudiado ni qué se sabe"
·
Además del fin de la Guerra Fría, otros factores
aceleraron, según Friedman, el "empequeñecimiento" del mundo: la
incorporación al mercado de bienes y servicios de más de 3.000 millones de
personas (India,
China, Rusia y sus ex-satélites); el desarrollo de los navegadores; las
prácticas de "outsourcing", "offshoring" e
"insourcing" desplegadas por compañías multinacionales; el hecho de
que, durante el "boom" de las llamadas punto.com (entre finales de
los noventa y comienzos del siglo XXI) se hubiera procedido a invertir
cuantiosos recursos en infraestructura de telecomunicaciones, con el saldo
final de un salto sin antecedentes en materia de conectividad en todo el mundo,
entre otros.
En viajes a la India en 2003 y 2004, Friedman se
sorprendió de cómo profesionales nativos le ofrecían los servicios de gestionar
su declaración de renta de los Estados Unidos o de cómo (hoy ninguna novedad)
podía gestionar su pase de abordaje aéreo desde su PC. El usuario, a partir de
esos años, comenzaba a contar con un poder de comunicación sin precedentes.
El usuario común se
convierte en protagonista
El fenómeno Web 2.0 se despliega en un contexto en el que
convergen tres grandes fenómenos: internet móvil, las redes sociales y
computación en la nube. Ubicuidad
(comunicarse dónde, cómo y cuándo se desee) y la posibilidad de crear
contenidos a través de distintos medios al alcance de cualquiera están dando un
giro radical a la manera en cómo las personas y las organizaciones se
relacionan entre sí.
Y los modelos de negocios cambian
El mundo de la economía y el mercado, que gira alrededor
de los hitos de la producción, la distribución y el consumo, se está
transformando en forma significativa. Las intermediaciones y los costos
asociados a las mismas se eliminan progresivamente en la medida en que
productores y consumidores pueden encontrarse en forma virtual y directa. El
mercadeo de masas es sustituido por el de nichos y la gestión de agentes
externos es remplazada por las propias empresas, particularmente las pequeñas y
medianas. Acceder a los mercados internacionales en la era de Web 2.0,
participar en las cadenas de suministro y servir al cliente (otras empresas o
consumidores finales) son realidades posibles para los empresarios dispuestos a
sustituir sus modelos de negocios tradicionales.
La forma de aprender está cambiando
Lo que hoy interesa al mercado no es tanto en dónde se ha
estudiado ni qué se sabe. Lo que importa es lo que se puede
hacer con lo que se sabe. La
capacidad de auto-aprendizaje, unida a la iniciativa y el trabajo colaborativo,
marcan nuevas pautas en la relación con el mundo laboral. En un contexto en el
que la tecnología y los mercados cambian en forma vertiginosa, la adquisición
de nuevas destrezas y competencias es un imperativo.
La oferta impresionante de los llamados MOOC (cursos
móviles abiertos en línea) puede satisfacer las necesidades puntuales y
estratégicas de formación de individuos y organizaciones para la adquisición de
nuevas competencias. Las universidades actuales, ancladas en el método tradicional
están abocadas a modificar sus metodologías de enseñanza, so pena de sucumbir
en el mundo de los MOOC.
La telesalud, la justicia y la nueva relación de los
gobiernos con la ciudadanía: algunos efectos de Web 2.0
Los proyectos que permiten atención parcial de los
pacientes a distancia (aspectos diagnósticos y de tratamiento parcial) se están
multiplicando. Representan un valioso medio de superación de brechas
socio–económicas para países en desarrollo en zonas a las que la atención
presencial llega escasamente. La Web 2.0, esa capacidad de comunicación en
doble vía, facilita no solo el auge de la telesalud. Puede llegar a ámbitos
como la administración de justicia y, en general, a determinar el cauce de las
relaciones entre gobiernos y ciudadanos. Los primeros están obligados a prestar
servicios que son derechos ciudadanos y los segundos a cumplir con sus deberes.
Unos y otros convergen en la era de Web 2.0.
Finalmente, la política ha cambiado
Las redes sociales y las altas tasas
de penetración de conectividad a Internet han cambiado la manera en que se
pugna por el poder. Sea en la forma democrática pacífica o
en procesos insurreccionales como los ocurridos en algunos países árabes en los
años 2011-12, el poder ciudadano se ha multiplicado en la medida en que redes
como Twitter o Facebook se convierten en catalizadores de comunicación sin
precedentes ni rivales. Por su parte, los políticos no pueden darse el lujo de
ignorar la Web 2.0 y sueñan con tener entre sus seguidores virtuales al público
que les elegirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario